Es común encontrar múltiples fuentes de información cuando se investiga sobre Liderazgo. Están aquellas enfocadas en las revisiones teóricas, las bibliografÍas de exitosos empresarios, directivos o técnicos deportivos y propuestas sobre cómo lograr desarrollar esa tan anhelada habilidad de ser líder…
Sin embargo, día a día es posible encontrar personas que no cuentan con puestos directivos o de jefatura, pero logran transmitir a los demás la pasión por lo que saben hacer, logran acompañar a otros en su camino (independiente de cual sea), expresan de manera congruente sus necesidades u opiniones, ven el negocio, prevén riesgos y posibilidades de mejorar el hacer diario…en otras palabras el Liderazgo está allí, al alcance de todos, pero se enfocan tanto en ver cómo los demás lograron llegar tan lejos que olvidan lo que se puede hacer de consigo mismo y con los demás.
Es valioso buscar referencias e informarse sobre el Liderazgo, conocer cómo ven y viven el mundo aquellos que son reconocidos por poner en práctica este talento, pero también lo es el poder descubrir lo que puede cambiar o aceptar de su manera de vivir y ver el mundo a partir de su forma de ser. La idea es potenciar lo que tiene como fortaleza y dejar de enfocarse en lo que considera como falencias que le limitan o impiden el ejercicio de este talento. Esto como un primer paso.
Si contemplamos realidades, algunas organizaciones y su arbitraria manera de escoger los mandos medios empujan a la revisión de nuestras acciones de liderazgo, aquellos a quienes se les ha conferido la responsabilidad de “ser líderes” por alguna razón: por nivel académico, por buen desempeño, por antigüedad, etc. Precisamente por ello no se logra el objetivo de liderar un equipo y alcanzar los mejores resultados, porque el énfasis está puesto en otros criterios para ejercer esa responsabilidad y no en las destrezas reales y palpables que permitan alcanzar la meta.
Lastimosamente estas personas no usan su talento como líderes, se limitan a creer en estereotipos y creencias de lo que implica serlo y lo peor es que los resultados de su gestión les inducen a creer que no lo son.
Pero, es contradictorio, si todos somos líderes, ¿por qué éstas personas escogidas para ello no lo son?, la respuesta, paradójicamente, se encuentra en ellos mismos, no es posible “hacer” un líder, lo que sí es posible es descubrir en sí mismo esta posibilidad, sin dejar de ser en el proceso.
Es muy fácil encontrar una lista de cómo ser líder, pero al contactar con la gente descubro que la principal clave para potenciar este talento se relaciona con un ingrediente esencial: Introspección. Es decir, la posibilidad de observarse a sí mismo y de reconocer las propias acciones, decisiones y la actitud con la que se asume la vida. Aquí cabría la pregunta… ¿En qué lado de la vida estoy?… ¿en el pasivo? Observando como todo me pasa; o ¿en el activo? Haciendo que las cosas pasen. Sin este elemento cualquier posibilidad de descubrir la propia manera de ser líder será infructuosa.
Poder dialogar con los demás de manera asertiva, sentir genuino interés por el otro, ser congruentes en nuestra cotidianidad, tener la experticia que permita planear y visionar, además de mantener una actitud de innovación continua, son características que evidentemente todos tenemos y que se hacen posibles al experimentar una manera diferente de ser y de estar con nosotros mismos y con los demás; esto es lo que hace que un ser humano logre ser excepcional.
Básicamente de eso se trata. Dar ese valor extra, no solo en el espacio laboral, sino además en el personal, familiar y social, ya que ser líder implica ser integral. El liderazgo se lleva a donde se vaya y se muestra con acciones puntuales y coherentes.
Se requiere paciencia y perseverancia para afrontar el reto de ser autentico, teniendo en cuenta a los demás, manteniendo una lógica de construcción conjunta y no solamente de obtener provecho de sus acciones. Las posibilidades de ser Líder son infinitas, tantas como humanos hay en el mundo, la idea es dejar salir ese talento, olvidarse de lo que le dijeron y construir una manera de experimentar la vida con una visión propia, genuina. La voluntad y la elección es de cada quien.

Autora:
Denisse Mena Zuluaga
Directora de procesos organizacionales.
Grupo Awen S.A.S.